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Condición
El Glaucoma es el resultado de daños en el nervio óptico. Es una condición progresiva que se asocia principalmente con el aumento de la presión en el ojo y puede provocar ceguera.
El nervio óptico es increíblemente vulnerable al daño de la presión elevada. La presión elevada continua o los picos de presión pueden dañar el nervio óptico, lo que puede provocar glaucoma: pérdida de la visión e incluso ceguera si no se trata.
En un ojo sano, existe un equilibrio entre el líquido producido y el líquido que sale del ojo. Este equilibrio mantiene un nivel saludable de presión ocular. Para mantener este equilibrio, el ojo tiene un sistema de drenaje incorporado. Este sistema de drenaje controla la entrada y salida de líquidos, que son los encargados de nutrir el ojo.
El sistema de drenaje del ojo funciona de manera similar al de un lavabo. El líquido se produce por el grifo y sale por el desagüe. Si se desarrolla una obstrucción en el sistema de drenaje del ojo o si el líquido se produce más rápido de lo que puede escapar, se producirá un desbordamiento. En el ojo, este desbordamiento hace que la presión se eleve.
Los objetivos principales de la cirugía de glaucoma son reducir la presión ocular y prevenir la pérdida de la visión. Al tratar el glaucoma, una forma de reducir la presión es cerrar el grifo. Otra opción es eliminar el bloqueo que impide o ralentiza el escape del fluido. La última opción para reducir la presión es crear un nuevo canal para el escape de fluidos. Su oftalmólogo especialista en glaucoma le recomendará la mejor opción según las características específicas de su condición.
No todos los glaucomas son iguales. La condición puede desarrollarse de varias formas diferentes; el tratamiento debe basarse en la causa subyacente para proporcionar un alivio eficaz de los síntomas y la restauración de la visión. Los médicos investigarán primero para poder detectar la posibilidad de glaucoma porque los pacientes no pueden identificar la mayoría de los factores de riesgo: presión intraocular (IOC) alta o baja, nervios ópticos sospechosos o sensibles, ángulos oculares estrechos y/o dispersión del pigmento.
El glaucoma está indicado por una presión intraocular elevada o presión dentro del ojo. La IOC más alta de lo normal se llama hipertensión ocular, por lo general, no presenta signos ni síntomas. El glaucoma a menudo se denomina “ladrón silencioso de la vista” porque puede suceder lentamente con el tiempo sin que el paciente se dé cuenta.
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