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Conoce más sobre las lágrimas

Las lágrimas son esenciales para ayudarte a ver con claridad y mantener la salud de tus ojos. También pueden ayudar a comunicar tus emocione

Un final feliz de una historia, una triste ruptura, una cebolla cortada en pedazos, todos pueden desencadenar tus lágrimas. 

Las lágrimas cumplen muchos propósitos y tus ojos las producen todo el tiempo. De hecho, produces entre 15 y 30 galones de lágrimas cada año. 

Tienes más de un tipo de lágrima 

Las lágrimas son esenciales para ayudarte a ver con claridad y mantener la salud de tus ojos. También pueden ayudar a comunicar tus emociones. Tu cuerpo produce tres tipos de lágrimas. 

Las lágrimas basales están en tus ojos todo el tiempo para lubricar, nutrir y proteger tu córnea. Las lágrimas basales actúan como un escudo constante entre el ojo y el resto del mundo, manteniendo la suciedad y los desechos alejados. 

Las lágrimas reflejas se forman cuando tus ojos necesitan lavar irritantes dañinos, como humo, cuerpos extraños o vapores de cebolla. Tus ojos las liberan en cantidades mayores que las lágrimas basales, y pueden contener más anticuerpos para ayudar a combatir las bacterias. 

Las lágrimas emocionales se producen en respuesta a la alegría, la tristeza, el miedo y otros estados emocionales. Algunos científicos han propuesto que las lágrimas emocionales contienen hormonas y proteínas adicionales que no están presentes en las lágrimas basales o reflejas. 

Las lágrimas tienen capas 

Las lágrimas no son solo salinas. Tienen una estructura similar a la saliva y contienen enzimas, lípidos, metabolitos y electrolitos. Cada lágrima tiene tres capas: 

Una capa interna de moco que mantiene toda la lágrima sujeta al ojo. Una capa intermedia acuosa (la capa más gruesa) para mantener el ojo hidratado, repeler las bacterias y proteger la córnea. Una capa externa aceitosa para mantener la superficie de la lágrima suave para que el ojo pueda ver a través de ella y evitar que las otras capas se evaporen. 

Cómo produce tu cuerpo las lágrimas 

Las glándulas lagrimales sobre cada ojo producen tus lágrimas. Al parpadear, las lágrimas se extienden por la superficie del ojo. Luego, las lágrimas se drenan en los puncta, pequeños orificios en las esquinas de los párpados superior e inferior. Tus lágrimas luego viajan a través de pequeños canales en los párpados y bajan por un conducto antes de vaciarse en tu nariz. Allí, las lágrimas evaporarán o serán reabsorbidas. 

A veces, los bebés nacen con un conducto lagrimal bloqueado, una condición que generalmente se resuelve por sí sola. Una infección ocular, hinchazón, lesión o un tumor pueden causar un conducto lagrimal bloqueado en adultos. 

Cuando se producen muchas lágrimas emocionales o reflejas, abruman el sistema de drenaje lagrimal. Es por eso que estas lágrimas pueden derramarse de tus ojos, correr por tus mejillas y, a veces, gotear por tu nariz. 

Producirás menos lágrimas a medida que envejeces    

La producción de lágrimas basales disminuye con la edad, y esto puede llevar al desarrollo del ojo seco. El ojo seco es un problema común para las personas que experimentan cambios hormonales, especialmente las mujeres durante el embarazo y la menopausia. Los lentes de contacto y ciertos medicamentos también pueden causar ojo seco. Si tienes ojo seco, también puedes ser propenso a la blefaritis, una causa común de irritación o hinchazón de los párpados. Además de ver a un oftalmólogo, hay muchas cosas simples que puedes hacer en casa para mantener tus ojos húmedos. 

Fuente: American Academy of Ophtalmology